Hola a todos/as:
Estamos terminando la primera semana de distanciamiento social obligatorio, y queremos hacerles llegar algunas reflexiones desde el equipo de conducción en su totalidad.
En primer lugar, la ENSLV de Spangenberg es una escuela de escucha, acompañamiento y empatía. Es algo que queremos recordarle a cada docente, estudiante y familia, para que se queden tranquilos/as, porque este vínculo que hemos construido con los años sigue ahí, fuerte y activo. Sin embargo, la vida que conocíamos, la que con tanto esmero habíamos construido y que de alguna forma nos regalaba alguna certeza, cambió por un tiempo.
De repente, las casas se transformaron en escuela-oficina-negocio-gimnasio-biblioteca-sum-bar-etc. casi de forma instantánea. Entonces, pareciera que también nosotros/as tenemos que adaptarnos de esa forma inmediata. Pero sabemos que no funciona así, aunque a veces nos olvidamos. No podemos virtualizar una escuela de un día para el otro, por ejemplo, y pretender que funcione sin problemas. Tengámonos paciencia, esto recién comienza. La primera reacción fue muy positiva, ya que la enorme mayoría se activó para no detener su funcionamiento. Pero ahora, tenemos que regularlo, adaptarlo, mejorarlo y sostenerlo. Las plataformas virtuales tienen sus lógicas propias, la conectividad no siempre es nuestra aliada, la disponibilidad de computadoras/celulares/tabletas no siempre es la ideal y los roles se mezclan constantemente.
Dice Aixa Alcántara “Es un momento excepcional, y exige desactivar pilotos automáticos y animarse a ensayar otros modos y formatos pedagógicos”. Pero lleva tiempo, y asistencia. En eso estamos, todos/as juntos/as.
El Rectorado