Llegamos, con la lengua afuera, al último feriado de nuestro calendario escolar 2025. Si bien somos una institución educativa pública, de gestión estatal y laica, el artículo 2 de nuestra Constitución Nacional declara: “El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano”. De ahí que Semana Santa, Navidad y la fecha que hoy nos ocupa, sean considerados feriados de máximo estatus: nacionales y no trasladables.
El 8 de diciembre, en Argentina, conmemoramos el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Hagamos un poco de formación religiosa, aunque no sea nuestra especialidad:
La Inmaculada Concepción de la Virgen, para la Iglesia Católica, es un dogma. Es decir, una verdad absoluta sobre la cual no cabe ninguna duda. Los dogmas son la base inalterable de la doctrina católica y deben ser comunicados directamente por la Iglesia a sus fieles a través del Papa o un Concilio Ecuménico. En este caso, el origen fue en el Concilio de Trento (1545-1563) y la proclamación formal la realizó el Papa Pío IX, en 1854, en la Basílica de San Pedro.
Ahora bien, ¿qué dice exactamente ese dogma? En su Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX sostiene “que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente”, a pesar de haber sido hija de Santa Ana y San Joaquín. La cita nos sirve para evitar la confusión habitual con otro dogma de la Iglesia Católica: el del nacimiento virginal de Jesús, que sostiene que la concepción de Jesús se produjo sin intervención de un varón y que María se mantuvo virgen antes y después del parto. La inmaculada concepción de María y la concepción virginal de Jesús son asuntos separados.
A este primer equívoco se suma otro incluso más extendido: el de la asociación directa entre la Inmaculada Concepción con el armado del arbolito de Navidad. Por un lado, la tradición de decorar un árbol en diciembre es de origen pagano y nórdico: ante la llegada del solsticio de invierno (día más corto y noche más larga del año, que se produce a principios de diciembre en el hemisferio norte) los pueblos celtas decoraban robles con frutas y velas para “reanimarlos” y así garantizar la fertilidad en el verano siguiente. Por otro lado, la Iglesia Católica establece al Adviento como el tiempo de preparación para la Navidad. Dura las cuatro semanas previas a la fiesta y es un tiempo de espera, reflexión y esperanza. Técnicamente, comenzó el 26 de noviembre. La asociación entre ambas tradiciones puede explicarse por la fusión de lo pagano con lo religioso. Es diferente en distintas culturas. En Argentina, por ejemplo, el primer árbol de Navidad del que hay registro fue instalado por un inmigrante irlandés en una plaza pública en 1807.
Para el cierre, en esta oportunidad, nos dedicaremos exclusivamente a producciones pictóricas. Esta decisión se fundamenta en dos motivos: primero, porque el análisis de pinturas es una actividad muy postergada en las prácticas educativas actuales y segundo, porque el arte religioso es muy rico en producciones sobre la temática mariana. Son demasiados/as los/as pintores que se dedicaron a la representación de la Inmaculada Concepción y compartiremos sólo algunos/as, pero en todos los casos, les pedimos que observen los siguientes aspectos: juventud de la virgen, vestimenta (habitualmente de blanco y azul), posición de las manos (generalmente juntas, en plegaria), presencia de la luna creciente (símbolo de pureza y castidad), aparición de la serpiente a sus pies (victoria sobre el pecado y el demonio), la corona de estrellas (símbolo de realeza y gloria), el espejo sin manchas (pureza), los ángeles, querubines, los lirios y las rosas (símbolos de pureza y perfección) y las palmas (que representan el triunfo de María sobre la muerte):
- Murillo, Bartolomé Esteban (1665), La inmaculada de El Escorial
- Pacheco, Francisco (1624), Inmaculada Concepción
- Diego Velázquez (1618), La Inmaculada Concepción
- Francisco Zurbarán (1628-1630), La Inmaculada Concepción
- Giambattista Tiepolo (1767-1769), La Inmaculada Concepción
- El Greco (1608-1614), La Inmaculada Concepción
Con este texto, nos despedimos por este año de todos/as ustedes. Esperamos que hayan disfrutado de la lectura de estas entregas tanto como nosotros lo hicimos al escribirlas. En 2026, habrá novedades sobre nuestra propuesta institucional de efemérides, con el deseo de seguir construyendo colectivamente una relación activa con el pasado. Retomando a Pierre Vilar, desde la conducción del Lengüitas, afirmamos que toda historia es contemporánea porque toda pregunta al pasado nace de una inquietud del presente. No buscamos describir el pasado por el pasado mismo, lo que buscamos es comprender nuestro presente a través del estudio del pasado y con ese conocimiento actuar para mejorar nuestro futuro.
¡Feliz fin de año! ¡Felices vacaciones! ¡Feliz futuro!
¡Salud!